Hogar y Decoración

Alternativas a Halloween

En contraposición a la popularidad creciente de Halloween, diversas regiones de España y del mundo ofrecen alternativas arraigadas en sus propias tradiciones y culturas.

Estas festividades, llenas de significado y riqueza cultural, proporcionan una experiencia única y auténtica para aquellos que buscan celebrar de manera diferente. ¡Veamos las alternativas a Halloween!

1. El Samaín, la Santa Compaña y los Magostos (Galicia)

El Samhain, cuyo nombre en gaélico significa “fin del verano”, marcaba el inicio del nuevo año celta. Durante esta festividad, se creía que las almas de los muertos cruzaban la barrera entre el mundo de los vivos y los muertos. Las calles y casas se iluminaban con velas para ahuyentar a los espíritus, mientras que los druidas encendían hogueras con el mismo propósito y para guiar a los difuntos en su camino.

Se utilizaban máscaras y disfraces para espantar a los espíritus malignos. Esta tradición se mantuvo viva en algunas zonas de Galicia, Castilla León y Asturias durante siglos. En esta noche se honra a los antepasados. Entre las leyendas que se escuchan en Galicia, destaca la de la Santa Compaña, cuyo origen se encuentra en esta festividad. Este es un ejemplo de cómo Galicia ha recuperado esta antigua tradición celta, desplazando en cierta medida al Halloween americano.

Además, en Galicia y Asturias, el Samaín ha coexistido con otra festividad celta: el Magosto. Celebrado el 11 de noviembre, esta tradición consiste en asar castañas en hogueras, conocidas como a lareira, y compartir vino en compañía de familiares y amigos. En muchas zonas, se realizan excursiones y romerías para celebrar esta festividad.

2. El Calbote (Extremadura) o Moragá (Castilla y León)

En Extremadura, se llama calbotes a las castañas asadas, y la celebración implica una salida campestre en el Día de Todos los Santos para recoger y asar castañas con amigos y familia. Esta tradición celta tiene diferentes nombres según la región: calbotada, calbotá, colabochá o moragá.

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La leyenda cuenta que las gentes encendían un fuego en el campo para calentar a las ánimas, mientras asaban castañas como parte del disfrute y pago nocturno, ya que las almas se paseaban por las calles del pueblo. Previamente, se realiza la chaquetía, en la que los niños piden castañas, frutas y dulces de casa en casa, recitando un dicho popular, similar al aguinaldo navideño o al «truco o trato» de Halloween.

3. Magosta (Cantabria)

En Cantabria, la Magosta es una tradición ancestral que se celebra en numerosos pueblos de la región, a menudo acompañada de música tradicional y canciones montañesas. Las castañas son las protagonistas de esta festividad, en la que los jóvenes del pueblo las asan al calor de una hoguera.

En algunos pueblos, esta tradición se celebra con una Romería Montañesa. La Magosta también está vinculada con la comida funeraria de la noche de Difuntos, el 31 de octubre.

Según la leyenda, la cantidad de castañas que se podía comer esa noche estaba limitada por el número de almas que se quería liberar del purgatorio, y era costumbre dejar una buena ración de castañas para ellas.

4. Día de las Calaveras (La Rioja) y Noche de las Ánimas (Aragón)

En La Rioja, la tradición del Día de las Calaveras, de origen celta, implica que los niños vacíen y esculpan calabazas en forma de calavera, colocándoles una vela en su interior. Luego recorren el pueblo en busca de caramelos o dulces, cantando.

En Logroño, el 1 de noviembre se celebra el Mercado de las Flores de Todos los Santos.

En Aragón, la Noche de las Ánimas es una tradición similar en la que se crean pasillos de calabazas iluminadas hacia el cementerio para guiar a las almas atrapadas en el mundo de los vivos.

5. Gazteñerre eguna (País Vasco y Navarra)

En el País Vasco y Navarra, se celebra el Gaztañerre eguna o «Día de la Castaña Asada«. Esta fiesta oficial incluye cenas entre amigos y familiares, con un menú tradicional que incluye caracoles en salsa, castañas asadas y motokil.

Esta celebración, que se remonta a más de 60 años, tiene sus raíces en las fiestas de invierno de los antepasados, que conmemoraban la renovación de la naturaleza y del hombre cerca del solsticio de invierno, así como un homenaje a los difuntos. Hoy en día, es una fiesta anual en la que la gente se reúne para disfrutar de la festividad.

6. Castanyada (Cataluña)

En Cataluña y Aragón, la Castanyada es una tradición que lleva muchos años celebrándose. Durante esta festividad, tanto en pueblos como en ciudades, se pueden encontrar puestos que inundan las calles con olores típicos de otoño, como las castañas asadas y los boniatos.

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Es costumbre reunirse en familia o con amigos el 31 de octubre o el 1 de noviembre para disfrutar de dulces, frutas y castañas confitadas, frutos secos y los panellets, unos pastelitos de almendra y piñones.

Esta tradición se remonta al siglo XVIII y deriva de las antiguas comidas funerarias, en las que se ofrecía fruta seca y legumbres a los difuntos.

7. Fira de Tots Sants de Cocentaina (Comunidad Valenciana)

La Feria de Todos los Santos de Cocentaina, en Alicante, creada en 1346, es la segunda feria más antigua de España. Se ha convertido en una tradición muy arraigada en la zona para el Día de Todos los Santos y ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. En 2021, celebró su 675ª edición.

La feria se divide en tres secciones: una con maquinaria agrícola tradicional en el centro, otra con automóviles, camiones y maquinaria de construcción, y otras áreas dedicadas al zoco árabe, mercado cristiano, feria caballar, de animales y atracciones infantiles.

En Murcia, el Mercadillo Tradicional de Todos los Santos en la plaza de San Pedro ofrece repostería tradicional como el arrope y calabazate, hechos con higos, membrillos, melón y boniatos.

8. Don Juan Tenorio y comer buñuelos de viento (Madrid)

En Madrid, es típico en esta época del año comer buñuelos de viento, unos bollitos fritos muy esponjosos y sabrosos. Según la tradición, al comer uno se salva un alma del purgatorio.

Además, es tradición representar Don Juan Tenorio la víspera de Todos los Santos, una obra que trata temas de muerte y cuyo último acto tiene lugar en esta noche. Se invita a pasar una noche de teatro fantasmagórica el 31 de octubre.

9. Amaguestu (Asturias)

En Asturias, encontramos el Amagüestu, también conocido como magüestu, magostu o amagostu, que significa «asar castañas». Esta tradición implica comer castañas asadas acompañadas de sidra dulce, combinando dos productos típicos del otoño en una misma celebración.

Su origen celta conmemora el paso al invierno y la recogida de este fruto seco. Según la tradición, la castaña simbolizaba el alma de los difuntos, y se decía que cada castaña consumida liberaba un alma del purgatorio. La sidra se incorpora a la celebración por coincidir con la época del prensado de la manzana, siendo el mosto sin alcohol el acompañamiento perfecto para toda la familia, junto con música tradicional, cuentos y anécdotas alrededor del fuego.

10. Holywins (Castilla-La Mancha)

En Castilla-La Mancha, antiguamente se encendían grandes hogueras en cada pueblo para protegerse de la Estantigua, una procesión de muertos vivientes.

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Hoy en día, se celebra Holywins, una fiesta católica en la que los niños se disfrazan de ángeles, santos o sacerdotes, y que se lleva a cabo en localidades como Talavera de la Reina, Toledo y Madridejos.

11. Fiesta de la Castaña, Tosantos, Gachas y Maroween (Andalucía)

En Andalucía, las fiestas de otoño tienen como protagonista la castaña. Durante esta época, se pueden disfrutar de productos como los huesos de santo y los buñuelos.

En algunas zonas de Córdoba, es tradición comer gachas de leche. Estas fiestas han sido declaradas de Interés Turístico Provincial y son muy concurridas en la comarca. Incluyen rutas por los castañares y la fiesta de la Mauraca, el 31 de octubre, donde se hacen hogueras en el pueblo y se asan castañas con anís para combatir el frío.

12. Fiesta de los Finaos (Islas Canarias)

La Noche de los Finaos, una festividad popular canaria, se celebra la víspera de Todos los Santos, el 31 de octubre. Durante esta celebración, se recuerda y se rinde homenaje a los seres queridos fallecidos. En tiempos pasados, familiares, vecinos y amigos se reunían para compartir anécdotas de los difuntos mientras disfrutaban de los frutos de la temporada, acompañados de diversas bebidas propias del otoño, preparándose para las temperaturas más frescas de esta estación.

A pesar de la creciente influencia de nuevas tradiciones como Halloween, persiste la costumbre de elaborar el pan de finados, con sus deliciosas variantes: buñuelos, pan de huevo, botadas, empanadas, guaguas de pan y el singular champús.

Al igual que en otras regiones de España y el tradicional «trick or treat» (truco o trato) estadounidense, los jóvenes solían recorrer el pueblo de casa en casa pidiendo por «los santos», con la esperanza de recibir dulces típicos.

13. Sa trencada y Bunyols (Islas Baleares)

En las Islas Baleares, cada isla tiene sus propias tradiciones para esta fiesta. En Ibiza y Formentera, las familias se reúnen para una cena llamada sa trencada, que incluye buñuelos, frutos secos y panellets. En Mallorca y Menorca, antiguamente se envolvían en sábanas para simular fantasmas. Hoy en día, se regalan collares de dulces entre padrinos y ahijados.

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